jueves, 8 de diciembre de 2011

A propósito de Henry, ¿o de los que vimos la película?


Henry es un abogado que vive en Nueva York, cuya vida es "indiscutiblemente" perfecta. Es rico, tiene una mujer hermosa y una hija que va a estudiar a un colegio muy exclusivo, un trabajo fijo del que no le pueden despedir y una amante loca por él. Sin embargo, su vida es más desgraciada de lo que cualquier persona pueda imaginar. Él es áspero, una persona sin escrúpulos que engaña para ganar dinero, y hasta para mantener una "falsa" relación con su mujer. Pero un día, sufre un ataque en el que le disparan ingresándole en coma. Por culpa del altercado, pierde la memoria, y el ser despreciable en el que se había convertido desaparece. Así,  un nuevo Henry sorprende a sus amigos, familiares y socios, pues la bondad y la comprensión se convierten en los ingredientes principales del protagonista.
Así, todo cambia a su alrededor. Su mujer, a la que pasa a amar y tratar bien, recupera el amor que sentía por él, y su hija ve cómo su padre se convierte en un modelo a seguir, que la quiera y la educa con cariño y amor. Su socio y buen amigo, además de amante de su mujer, se ve amenazado junto al resto de la empresa por la preocupación que Henry muestra por los desfavorecidos tras sus intervenciones, pues éste comienza a darse cuenta de las horribles acciones que cometió en un pasado y decide arreglarlas. Por ello, se autodespide tras ser incapacitado por la empresa para llevar más casos, pues Henry ayudaba no a los que pagaban sino a los que lo necesitan.
A destacar el fisioterapeuta, el que le ayudó a volver a caminar tras el accidente. Cuando Henry descubre quién era él antes de su pérdida de memoria, el mal que había hecho y el cómo trataba a su familia, cae en una pequeña depresión pues se siente culpable de algo que ni siquiera recuerda. Y la presión por parte de su entorno de volver a la antigua vida le angustia fuertemente. Es entonces cuando el fisioterapeuta decide visitarle a su casa, para hacer un seguimiento de cómo van sus piernas. En una conversación intensa en la cocina, acompañados por dos cervezas "de las caras", aconseja a Henry a decidir por sí mismo quién quiere ser. Además le advierte de que no puede ser influenciado por nadie; ni por sus amigos, ni familiares, ni tan siquiera por el antiguo Henry del que ahora tanto se averguenza.
Y es así como Henry decide aprovechar la oportunidad que se le ha dado y convertirse en esa persona buena que salió del hospital una vez recuperada del altercado. Saca a su hija del estricto colegio en el que la había metido, recupera el amor con su mujer, y se mudan pasando a vivir una vida más humana, fuera de mentiras y burocracia.

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Que miedo verdad, el que quepa la posibilidad de que una bala acabe con tu vida. 
Pensemos por un momento, ¿no fue eso lo que le pasó a Henry? ¿no fue una bala la que acabó con su vida, dejando nacer en él una nueva persona?

Muchas veces, en la vida, cosas como esta protagonizan aventuras inimaginables fuera de la gran pantalla. Momentos difíciles en el que todo se cuestiona, en el que se duda si se va a poder continuar. O crisis, ya sean personales, económicas o sociales... Crisis que acaban con la vida tal y como la conocemos y nos obligan a enfrentar situaciones no vividas hasta ahora. 
Tiempo de movimientos, es tiempo de cambiar como dice la canción.
Después de la tormenta, siempre llega la calma y con ella un arcoiris brillante. Pero hay que saber afrontar todo lo que venga, siempre con una sonrisa, y adaptarse a la vida y su pluralidad. Pues lo bello de vivir es que vivir no es fácil, es un reto. Y como reto que es debemos superarlo conservando nuestro ser, nuestros principios, nuestra personalidad. Que todo lo demás viene y va, y al fin y al cabo lo único que tendremos por siempre jamás seremos nosotros, seré yo.
A mí.



Fmado: Alejandro y Christian

martes, 6 de diciembre de 2011

Ventana de Johari - Uno enseña, uno cree


Si guardas secretos
Si haces lo que los demás
Si limitas tu imaginación
O cambias tu originalidad

Si te evitas mostrar
O apagas tu luz por miedo a iluminar
Te digo, no seas una máquina
Actúa como quieras actuar

Joseph Luft y Harry Ingham son dos psicólogos creadores de la conocida "Ventana de Johari". En ella muestran su teoría sobre lo que el ser humano es en sí, y cómo lo conocemos según las relaciones sociales. Así, la ventana está formada por un cuadrado dividido en cuatro partes, cada una de ellas representativa de un grupo de cualidades propias del individuo que vamos a analizar. Las dos partes superiores representan aquello que la sociedad conoce del individuo, mientras que las dos partes de la izquierda (incluida la izquierda superior antes nombrada) representan lo que él conoce de sí mismo. La última parte, no nombrada, coincide con los rasgos y cualidades del individuo que ni él conoce, y por esto es llamada la parte ciega. De las otras tres: la izquierda superior representa lo que tanto el individuo como la sociedad conocen de él, la parte pública; la izquierda inferior lo que el individuo conoce y admite pero no muestra a la sociedad, parte privada; y finalmente la derecha superior nos enseña lo que la sociedad aprecia y conoce del individuo, pero él no es capaz de reconocer pues no es consciente de ella; la parte abierta.

Todas las personas podemos ser analizadas según esta teoría, de forma que los resultados serían muy variados. Nuestras ventanas no son tan perfectas como la imagen de arriba, y es que esta imagen no simboliza la perfección. Las líneas que dividen las cuatro partes pueden ser desplazadas a cualquier parte del cuadrado, de forma que una de las partes quede más grande que otras. Vamos a mostrar ejemplos:

- Es posible que la línea vertical esté más hacia la derecha, y la horizontal hacia arriba. De esta forma, la mayor parte de nuestro ser será la izquierda inferior, la parte privada. Una persona así es una persona reservada, que en cierta medida se conoce a sí misma pero no se muestra tal y como es.

- Por el contrario, si la línea vertical está muy hacia la izquierda y la horizontal desplazada hacia abajo, la parte más extensa sería la abierta, la superior derecha. En este caso la persona se muestra como un individuo que no se conoce a sí mismo, y que cree que hace o deja de hacer cosas que no son ciertas. Sin embargo, la sociedad sí le aprecia tal y cómo es, un ser que él mismo no conoce. 

- Otra posibilidad es que la línea vertical esté también desplazada a la izquierda, pero la horizontal se muestra más hacia arriba. Este es quizás el peor de los casos, pues ni la persona se conoce a sí misma, ni se deja conocer por la sociedad. Es un ser mayoritariamente ciego, pues su mayor parte se encuentra en la llamada parte ciega. Debe esforzarse, por lo tanto, por encontrarse a sí mismo para poder después darse a conocer.

- Finalmente, si la línea vertical está hacia la derecha, y la horizontal hacia abajo, nos encontramos ante un ser público. Un ser que no tiene secretos, o por lo menos no muchos; que se muestra tal y como es, que se conoce y se da a conocer y que escucha lo que la sociedad piensa de él para cambiar y mejorar.

Éste es el modelo que la ventana de Jahori nos anima a conseguir, pues de esta forma conseguiremos estar contentos con nosotros mismos, y la sociedad nos vería tal y como somos. Y la única forma de encajar en este mundo, de encajar de verdad, es siendo nosotros mismos.


Fmado: Alejandro y Christian